En la realidad actual de las familias al hablar de tiempo de calidad es momentos para compartir experiencias. Sin embargo, muchas veces estos tiempos se ven limitados, interrumpidos o llevados de manera inadecuada haciendo que estos tiempos se queden en tiempos del reloj y no en tiempos de aprovechar para conocer a nuestros hijos.
Entonces podemos decir que el tiempo de calidad no es la cantidad de horas que dedicamos a los hijos sino que tan intenso y que tanto no involucramos en su mundo, en su pensamiento y sus emociones.
Muchas veces como madres y padres, con todas las responsabilidades por cumplir, se encuentran en cuerpo presente con ellos pero no presentes con la mente ni con las emociones lo que impiden estar conectados con ellos. Debido a esto los padres suelen distraerse y ser interrumpidos con facilidad.
Siempre será mucho más fácil dejar a los hijos bajo la atención de la niñera televisión, tablet, celular o computadora para que los adultos puedan cumplir con sus deberes o momentos de ocio.
Entonces el tiempo de calidad se evaluará en el grado de involucramiento que los padres logran con los hijos más que las horas o minutos que se comparte con ellos.
Para lograr esta conexión mental, emocional y física es importante que los padres puedan hacer una pausa, mejora aún si práctica ejercicios de relajación, mindfullness, yoga o alguna otra actividad le permita situarse en el presente, aquí y ahora. Una vez relajadas las ondas cerebrales es momento de mirar las actividades o juegos que los hijos desarrollan, cuando son pequeños los padres pueden proponer el juego, pero a medida que crecen serán ellos quienes propondrán y desarrollan el juego, esto les permite dar a los hijos responsabilidades, independencia y sobre todo autovaloración de que ellos son capaces de crear y hacer lo que se propongan.
Así, el juego será en la infancia la forma de conectar y compartir activamente con los hijos, por lo que jugar con ellos será la forma de generar este vínculo. Entonces ¿qué tipo de juegos existen?
Hay diversos tipos y cada uno tiene un propósito están los juegos que permiten desarrollar la lógica, el juego repetitivo, el juego que les permita construir, las actividades que les permita imaginar, juegos con reglas y normas, que además los juegos enseñan a los hijos interacción social, autorregulación, límites y normas, actuación en el mundo externo.
Así, por ejemplo el juego imaginario en los niños permite expresar su personalidad, la forma como ellos van construyéndola, los valores que van comprendiendo, experimentando e integrando en su vida, en este tipo de juegos comprenden el punto de vista de las otras personas, desarrollan habilidades para solucionar problemas y ser más creativos. Por lo que ante la frustración del juego la creatividad les permite mirar otros caminos y no quedarse y aferrarse en una sola situación.
El dejar que los niños estén en la televisión o los medios electrónicos hace que pierdan su capacidad de desarrollar la creatividad y de encontrar soluciones más rápidas a los problemas ya que al tener las imágenes construidas no permite que el cerebro del niño busque alternativas, a lo que yo llamo: el hipnotizador de mentes.
Entonces, ahora que conoces un poco más lo que significa el tiempo de calidad con los hijos, ¿Qué te impide jugar y conectar con ellos?
Alexandra Almeida H., Msc.
Psicología infantojuvenil e inteligencia emocional.
Crianza consciente
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