Educar sin gritos, ¿es posible?
El grito ha sido uno de los recursos mas usado cuando de crianza hablamos, es una forma de comunicación que la venimos heredando hace varios siglos; pero, ¿qué hay detrás del grito?
El grito es una respuesta natural e instintiva ante una situación de tensión o peligro, asociada a una emoción de sorpresa, miedo o susto. Al ser instintiva no pasa por un proceso de racionalización, sino que suele ser impulsiva, por lo que no siempre hay manejo sobre ello.
Cuando hablamos del grito en la crianza tenemos varios aspectos a considerar, quizá puedas reconocer a uno de ellos.
El grito aparece, comúnmente, cuando los padres o cuidadores no pueden ni saben cómo manejar su autoridad, no han encontrado su autovaloración en su rol parental, por lo que gritar es una forma de hacer escuchar su voz cuando otros le ignoran, entonces refleja un debilitamiento de la autoridad parental. El caso más común es el de repetir mas de una vez las cosas que se pide hacer a los hijos, por lo que, al no haber una respuesta a la tercera o más viene el grito.
En padres con múltiples ocupaciones, es muy común, que el grito aparezca en situaciones de alto estrés cuando el manejo emocional de los padres es poco trabajado y al no manifestar equilibrio desbordan emocionalmente con la primera molestia que se presenta en su camino, muchas veces con el comportamiento inquieto de un niño, es allí donde el grito hace su aparición y no siempre debía ser para ese niño sino como una forma de desfogue emocional del adulto.
Aunque muchos adultos no se dan cuenta de este factor, es algo que se manifiesta de forma silenciosa y es la expectativa, los padres suelen colocar mucha expectativa a todo lo que se hace, expectativa de comportamientos, de idealizaciones, de cosas materiales, y cuando los otros no cumplen con las expectativas que se ha colocado sobre ellos aparece la frustración, existe impotencia cuando las cosas no salen como se pensó o se planificó y es allí donde el grito hace su aparición.
Como se expuso al inicio, si bien el grito es una forma primitiva de lenguaje, y aparece de forma instintiva en situaciones de alta tensión como una forma de prevención muchas veces este grito ha sido utilizado de forma habitual llevándolo a convertirse en agresiones inconscientes.
Cuando los padres buscan procesos de desarrollo personal, balance y equilibrio armónico, aprendiendo a gestionar y autorregular de forma consciente sus emociones, conociendo el desarrollo evolutivo natural de sus hijos, sin vivir en el estado de tensión y estrés característico de las sociedades contemporáneas, es mucho mas sencillo manejar una crianza consciente, respetuosa donde el grito se sepa usar como prevención al peligro de forma esporádica y no como una práctica rutinaria de disciplina parental.
El darse un tiempo como padres para buscar el desarrollo y autoconocimiento interno, y de esta forma conocer mejor el mundo de los niños y adolescentes permite tener un balance de vida saludable para criar y educar en consciencia y amor a los hijos, formando adultos seguros, autorregulados, responsables y conscientes de sus actos.
Alexandra Almeida H., Msc.
Crianza consciente
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